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Soneto 49

En contra de ese tiempo, si es que viene,
que mires con disgusto mis defectos,
y cierres la última cuenta que tienes
conmigo, aconsejado del respeto.
Y como extraño pases por mi lado,
no más otorgándome luz tus ojos.
Y tu amor, de lo que fue, ya cambiado,
busque ahora, con otros, más decoro.
Contra ese momento me fortifico,
reconociendo mi debilidad.
Mi mano levanto contra mí mismo
para tus razones justificar.
Todo el derecho tienes de dejarme.
Este amor encuentro injustificable.
inglés

Vuelve de nuevo el fantasma del rompimiento. Lo escuchamos por primera vez en el Soneto 36. Era Shakespeare quien dejaba al joven, entonces. Ahora, anticipa el autor, es el muchacho quien lo va a dejar. Pero las razones siguen siendo las mismas, y apuntan a la naturaleza ilícita de la relación. Shakespeare asume la culpa de la relación para proteger al muchacho.

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