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Soneto 100

Dónde estás, musa, que por tanto tiempo
te has olvidado de la inspiración,
malgastando en lo trivial tu talento,
dándole a lo ordinario resplandor.
Regresa, musa extraviada, y redime
con nuevos cantos el tiempo perdido.
Canta una canción que el oído estime.
Dale a la pluma talento y motivo.
De pie, musa vaga. Mira su cara.
Si las arrugas el tiempo le ha dado,
satiriza del cruel tiempo la marcha.
Haz que del mundo sea despreciado.
Da fama, a pesar del tiempo, a mi amor.
Adelántate a su cuchillo y su hoz.
inglés

Shakespeare reprocha a las musas por no estar haciendo un buen trabajo con el joven, ya que son ellas las responsables de la poesía que él escribe.

Nuevamente, hace alusión a las señas de edad en el muchacho: “Si las arrugas el tiempo le ha dado”, como hizo en el Soneto 60: “El tiempo, que la juventud acaba, dibuja las líneas de tu frente.”

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