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Soneto 152

Sabes que mi amor por ti es un engaño,
pero el tuyo por mí dos veces miente.
Tus promesas y actos son dos extraños.
Lo que uno promete, el otro desmiente.
¿Por qué de dos mentiras acusarte
si veinte he dicho yo? Mayor perjurio
el mío porque lo que hago es usarte,
si la fe y la confianza en ti repudio.
Que tú eras más buena, juraba yo,
jurando por tu amor y tu constancia.
En mis halagos, mi vista falló,
o la hice mentir con burda arrogancia.
Jurándote hermosa, perjuro más.
Jurando cosas que no son verdad.
inglés

De súbito, no bien Shakespeare había termidado estas palabras, una ráfaga de viento, cual ráfaga de emociones, cerró la ventana donde nos encontrábamos y no oímos más su voz. Volvemos la atención a la calle, los adoquines, el sol y el aire pesado de la ciudad. No sabemos cuánto tiempo pasó. Seguimos nuestro camino y nos preguntamos, ¿cuál habrá sido el camino de ellos?

De Shakespeare sabemos que en el año 1613 un incendio destruyó el teatro “Globe” donde presentaba sus obras. Esto marcó el final de su vida activa en Londres. Regresa a su lugar de nacimiento, Stratford-upon-Avon, con su familia, y muere tres años más tarde en 1616 a los 52 años. Shakespeare alcanzó fama, dinero y una reputación honorable. Estos sonetos fueron su secreto.

En ninguna otra de sus obras actuó Shakespeare como actuó en esta. Es meritorio, pues, que terminemos la obra con estas palabras suyas: “De mi vida, en mi verso halla interés, y en tu memoria por siempre retiene.” S.74

Se cierra el telón.

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