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Soneto 153

Con su antorcha dormitaba Cupido.
Una ninfa encontró esto ventajoso.
Y la antorcha con el fuego encendido
sumergió en las frías aguas de un pozo.
Obtuvo el pozo del fuego sagrado
vitalidad eterna que aún perdura.
Volviéndose en un pozo codiciado
de los hombres en busca de la cura.
La antorcha, de los ojos de mi amada,
hurtó el fuego que el niño en mi probó.
Con mi herida busco el agua sagrada
como ningún otro herido buscó.
Pero el remedio no pude encontrar
a lo que mi amante cura al mirar.
inglés

Este soneto y el próximo no son parte del cuento. Son ejemplos de poemas con temas mitológicos que Shakespeare y otros poetas de la época solían escribir. Pudieron haberse intercalado en otro lugar en la colección. El editor decidió ponerlos en este lugar posiblemente para dar un final menos abrupto al del soneto anterior. Esto nos hace pensar nuevamente que no fue Shakespeare quien mandó a publicar los sonetos. Es inconcebible que Shakespeare, un maestro del cuento, publicara un trabajo aparentemente incompleto, sin un final.

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