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Soneto 140

Sé sabio como eres cruel. Y no tientes
mi muda paciencia con tus desdenes.
No sea que el dolor, que se convierte
en palabras, mi pena desenfrene.
Si he de enseñarte algo, mejor te enseño,
sino a quererme, a decir que me quieres,
como es de un paciente su único empeño
oír del médico que no se muere.
Porque en mi desespero yo enloquezco,
y en mi locura podría ofenderte.
Y en este mundo maligno y perverso,
creerían lo que en mi voz se vierte.
Evita que diga cosas que duelen.
Tus ojos doma, aunque el corazón vuele.
inglés

Aunque Shakespeare siempre ha sido amoroso y considerado cuando le escribe al muchacho, en este soneto le advierte que tiene límites.

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