Comparte este soneto

Soneto 133

¡Desprecio el corazón que oprime el mío!
Pues nos hiere profundo a mí y a mi amigo.
¿Torturarme, no te es ya desafío
que esclavo quieres hacer de él conmigo?
Tu ojo cruel, de mí mismo, me ha robado,
y mi otro más duro ser aprisiona.
De él, de mí y de ti ahora estoy privado.
Tormento que tres veces tres desploma.
Encierra mi corazón en tu pecho
para mi corazón el suyo fiar.
Y déjame ser guardián en tu lecho
para que no lo puedas torturar.
Mas seguro lo harás. Pegado a ti,
por fuerza soy tuyo, y lo que hay en mí.
inglés

La relación entre Shakespeare, la mujer y el muchacho era complicada. Las cosas no marchaban bien. La mujer estaba tratando de seducir al muchacho y Shakespeare lo resentía.

La relación del autor y el muchacho no es la misma de antes. Ha pasado el tiempo y el muchacho ya no es el mismo. Ya no es el jovencito inocente a quien Shakespeare aconsejaba a tener hijos en los primeros sonetos.

©Derechos Reservados 2016   Sitio Web Seguro