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Soneto 131

Eres tirana como siempre han sido
a los que la belleza crueles hace.
Y eres de mi corazón desvalido
la gema preciosa que lo complace.
Mas hay quienes de buena fe sostienen
que tu linda faz al amor no inquieta.
Aunque no niego que la razón tienen,
en silencio mi corazón los reta.
Cual testigos de que estoy en lo cierto
se desbordan mil suspiros de amor
como torrentes en mi pensamiento
por tu linda faz y negro color.
En nada eres negra, sino en tus hechos
que le dan a mis reproches derecho.
inglés

Shakespeare sentía afecto por la mujer y tenía una relación íntima con ella. Otros no la encontraban bonita. Podemos imaginar que la mujer era motivo de bromas de poco halago. Él no los contradecía, pero en su corazón opinaba diferente.

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