Comparte este soneto

Soneto 109

¡Oh! No digas que yo te he traicionado,
aunque la ausencia el amor disminuye.
Más fácil es aislarme de mi lado
que de ti, si mi alma en tu aliento fluye.
Tú eres mi hogar a donde siempre vuelvo
como un viajero a su lugar regresa,
no importa lo que pase, siempre a tiempo
para limpiarme de mis impurezas.
En mi carácter no vas a encontrar
las debilidades que afligen a otros,
que con facilidad pueden manchar,
y ponen a riesgo perderlo todo.
A nada puedo llamar universo,
si tú, rosa mía, lo eres entero.
inglés

Este nuevo periodo de calma no está libre de tensiones. Shakespeare responde a un reproche del muchacho. Ambos han cometido infidelidades. Entre amantes, esas heridas no sanan. Y no se perdonan. Shakespeare trata de justificar su conducta. Pero sospechamos que ya es tarde.

©Derechos Reservados 2016   Sitio Web Seguro