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Soneto 129

Derroche de energía bochornosa
es la lujuria en acción. Cuando ocurre
perjura, asesina, cruenta, insidiosa
salvaje y cruel. No es de confiar. Se nutre
de gozos primero y de odio después.
Sin razón se busca y cuando se tiene,
sin razón se odia cual cebo odia el pez,
pues pierde la vida cuando lo ingiere.
Locura al buscarla y cuando se encuentra.
Tenida, teniendo o en futuro, extrema.
Probado éxtasis, segura condena.
Alegre anticipo. En un sueño queda.
Raro que el mundo que sabe no sepa
evitar gloria que al infierno lleva.
inglés

No sabemos la situación que llevó a Shakespeare a escribir este soneto. El tono es pesimista y negativo. El autor muestra disgusto, dolor, desilusión, enfado; quizá, depresión. Es un torrente de emociones negativas. La única referencia que tenemos es la relación con el muchacho y con la mujer. Sabemos que existía un triangulo amoroso entre ellos. En relaciones de amor y de sexo hay altas y baja que pueden llegar a extremos. Si es así en situaciones que envuelven dos personas, cuánto más si envuelven tres. Recordamos el tono triste del Soneto 29. Pero el contexto aquí es diferente. Este soneto es más sombrío. Escuche otra versión de este soneto: “YouTube” (11:30)

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