Comparte este soneto

Soneto 87

¡Adiós! Tú eres más de lo que merezco.
Ya es probable que sepas lo que vales.
Tus méritos te sirven de pretexto.
Quiero que mis ataduras se acaben.
¿Pues cómo tenerte si no te das?
¿Qué derecho tengo de poseerte?
Nada en mí justifica lealtad.
Devuelvo la patenta de quererte.
Tú te diste a ti mismo sin saber,
o a mí tú te me diste equivocado.
El error, cometido sin querer,
corrige ahora un juicio más sensato.
Así te he tenido como en un sueño,
pero al despertar, de ti, no soy dueño.
inglés

Otra carta de despedida. No menciona más al poeta rival. Oímos nuevamente que las cosas entre ellos no están bien. Shakespeare está herido. Ahora es él quien se quiere separar del muchacho.

©Derechos Reservados 2016   Sitio Web Seguro