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Soneto 65

No el bronce, la piedra, la tierra o el mar,
sino la muerte es la que todo puede.
¿Cómo lo bello le puede ganar,
cuando como una flor tan sólo es fuerte?
¿Puede un dulce aroma sobrevivir
los asaltos hostiles de los días?
Las rocas mismas han de sucumbir.
Las puertas de hierro serán corroídas.
¡Oh, reflexión siniestra! ¿En dónde, pues,
lo más bello del tiempo, el tiempo guarda,
o qué mano lo puede detener,
y evitar que la belleza deshaga?
Oh, ninguna, a no ser por un milagro,
si con tinta negra a mi amado salvo.
inglés

Hace un contraste entre las cosas que perduran, el tiempo y la muerte. Lo desespera el no poder detener el tiempo que inevitablemente destruirá la belleza del muchacho.

Aunque Shakespeare no quiere formar parte de la tradición de los sonetistas de la época con sus descripciones extravagantes y exageradas de la mujer, no puede evitar caer en algo parecido con el muchacho. La preocupación excesiva con la belleza del joven y su afán por hacerla eterna llegan a extremos.

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