Comparte este soneto

Soneto 119

¡Qué lágrimas de sirena he bebido!
De infierno pestilencias destiladas.
Entre temores y esperanzas giro,
perdiendo cuando pensé que ganaba.
¡Mas qué error cometió mi corazón,
si se sentía el más afortunado!
¡Por qué pierden mis ojos la visión
en esta febril condición y estado!
O, dulce infortunio que me haces ver
que lo bueno lo malo hace mejor,
y a un arruinado amor hace crecer
más bello, más fuerte y con más ardor.
Así vuelvo compungido a tu lado,
ganando tres veces lo que he gastado.
inglés

©Derechos Reservados 2016   Sitio Web Seguro