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Soneto 60

Como corren las olas a la orilla,
corren nuestras horas hacia el final.
Una seguida de la otra caminan
en un continuo esfuerzo, sin parar.
Nacer, que recibió tanta atención,
obtiene su gloria en la madurez
y se opaca cual eclipsado sol,
pues lo que el tiempo da, quita otra vez.
El tiempo, que la juventud acaba,
dibuja las líneas de tu frente.
Se alimenta de todo lo que gana
y, con su hoz, siega siempre indiferente.
Mis versos en el tiempo durarán
si te alabo, no importa su crueldad.
inglés

Otra versión: “YouTube” (3:02)

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