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Soneto 118

Cuando intento mejorar mi apetito
dando remedio amargo al paladar,
y creo que malestares evito,
otras penurias parezco lograr.
Por estar lleno de tus empalagos,
con remedios amargos me he tratado.
Y yéndome muy bien encontré halagos
que me enfermaron, sin ser necesario.
Los actos en el amor que anticipan
el mal que no existe es práctica mala.
Pues estados saludables medican,
y pretenden curar con lo que mata.
Yo de esta forma aprendí mi lección:
De ti cura es peor que la aflicción.
inglés

Este poema pinta el cuadro de la relación disfuncional entre los amantes. Pensando que el muchacho le estaba siendo infiel, Shakespeare le era infiel. Aunque la aventura resultara satisfactoria, al fin y al cabo los problemas que le causaba con el muchacho la hacían no valer la pena.

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