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Soneto 58

Dios no quiera, ya que me hizo tu esclavo,
que en mi mente controle tus placeres,
o lo que tocan tus manos y labios,
si, a tu conveniencia, vasallo tienes.
¡O! Deja que sufra bajo tu mando.
Prisionero soy de tu libertad.
Con mi paciencia a prueba a cada rato,
no quiero culparte de tu maldad.
Ve a donde quieras. Autoridad tienes
para hacer lo que quieras con tu tiempo.
También para perdonarte, si quieres,
los crímenes que sigues cometiendo.
Voy a esperar, aunque sea un infierno,
sin juzgar tus hechos, malos o buenos.
inglés

Los crímenes son las infidelidades del joven. El sarcasmo continúa. Sin lugar a dudas, está dolido y molesto por la conducta libertina del muchacho. Shakespeare se siente despechado. Usa un lenguaje fuerte. Pero se contiene.

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